Limpia tanto el interior como el exterior con una solución de jabón suave y agua tibia.
Si el producto tiene un grifo, asegúrate de enjuagar con agua jabonosa caliente y drenar completamente.
Usa bicarbonato de sodio y agua para eliminar las manchas difíciles.
Elimina los olores con una solución diluida de cloro y agua. Si el olor persiste, limpia el interior con un paño empapado en extracto de vainilla y luego déjalo en la nevera durante la noche.
Siempre sécalo al aire con la tapa abierta antes de guardarla.